¿Es posible alcanzar el éxito profesional sin sacrificar la vida personal? Descubre en esta entrevista cómo Ina Laiadhi y Kirsten Sánchez han roto barreras en el liderazgo femenino.
“Lo imposible no existe” – así describen Kirsten Sánchez, directora de finanzas en Henkel, e Ina Laiadhi, directora de comunicación en Brose, su recorrido profesional y personal.
Escrito por Amrei Jahn

Ina Laiadhi
¿Carrera? Claro. ¿Familia? Sin duda. ¿Puesto de liderazgo? También. Pero no de la forma convencional que a menudo se sugiere. En lugar de seguir un camino lineal, Sánchez y Laiadhi optaron por aprovechar cada nueva oportunidad que se les cruzaba, sin remordimientos. Una actitud que, aún hoy en día, sigue siendo cuestionada socialmente a muchas mujeres.

Kirsten Sánchez
Creció en un hogar donde el apoyo era fundamental, para Sánchez siempre estuvo presente el principio de tener que aprovechar todas las oportunidades. Su carrera profesional, sin embargo, no fue nada lineal: comenzó estudiando idiomas, luego se inclinó por estudiar Administración de Empresas y entró directamente en la multinacional Henkel. A partir de ahí, su trayectoria fue un continuo ir y venir: trabajó en Alemania, México, Guatemala, Suecia y España. En cada uno de esos países, permaneció solo un tiempo limitado, pero siempre supo encontrar su camino. Su rol como directora financiera de España y Portugal en 2018 fue especialmente determinante. Un puesto que no es para quienes carecen de temple. En ese momento, hizo falta mucha determinación.
“Tuve que lanzarme al agua fría y confiar en que sabría nadar”.
No obstante, ella atribuye su éxito no solo a su propio esfuerzo, sino también al sistema de apoyo que siempre estuvo a su lado.
Un único principio guía ambas trayectorias: decir sí siempre que sea posible y no sobreanalizar las cosas.
“Las mujeres tendemos a preguntarnos primero si somos capaces de hacerlo y si otras personas lo harían mejor. Los hombres no tienen esa duda, ellos dicen sí de inmediato”,
responde Laiadhi ante la controversia. ¿Es autoconfianza o simplemente impulsividad lo que las mujeres podríamos aprender de ellos?
Personajes como estos no surgen por casualidad. La mención de las madres y su influencia aparece como un hilo conductor a lo largo de entrevistas de este tipo: la madre de Sánchez, que como viuda, crió a dos hijos, y la madre de Laiadhi, que fue una exitosa empresaria y, al mismo tiempo, crió a una familia, mostraron a sus hijos que siempre existe un camino, incluso si no es el convencional.
“Las barreras solo existen en nuestra mente”, explica Sánchez.
No resultan sorprendentes estas respuestas si se considera que estudios representativos realizados en Alemania en 2024 mostraron que casi tres cuartas partes de las mujeres son las únicas responsables de la crianza y el cuidado de los hijos dentro de su matrimonio. En el caso de las mujeres solteras, esta cifra supera incluso el 85 por ciento de las encuestadas.
La conciliación entre la carrera profesional y la vida personal podría ser especialmente complicada para las mujeres en puestos de liderazgo. Sin embargo, para Sánchez, esto no es así.
“Es igual de difícil para un hombre”, responde sin dudarlo.
El liderazgo casi siempre implica sacrificios en otras áreas de la vida, pero esto no depende del género. “No se puede tener todo al mismo tiempo en la vida, eso aplica para todo el mundo.”
Igualdad de género: Avances y retos pendientes
En cuanto a la igualdad de género en el ámbito laboral, ambas mujeres muestran una visión crítica hacia Alemania.
“En España es más normal ver a los hombres con carritos de bebé. En Alemania, no se ve tanto”, comenta Sánchez.
Mientras que en España esta actitud es cotidiana, en Alemania sigue siendo vista como algo extraño, y las discusiones al respecto son largas y agotadoras. En el mismo tono, Laiadhi opina:
“Toda la industria automotriz sigue siendo predominantemente masculina”.
Durante décadas, patrones culturales profundamente arraigados han marcado nuestra sociedad: a las niñas se les regalan muñecas, mientras que a los niños se les coloca en un tractor. Las niñas juegan a “supermercado” con sus hermanas, mientras que los niños tallan espadas de madera en el bosque. Estas asignaciones de roles desfasadas suelen transmitirse sin mala intención. Sin embargo, en ocasiones, algunas niñas rompen de forma significativa con este techo de cristal que se ha consolidado durante siglos: subirse al tractor con su padre puede parecer un gesto insignificante, pero para muchas minorías sigue siendo un sueño. Sin quererlo, tal vez se convierten en precursoras de un nuevo orden social. Estas pequeñas, pero significativas excepciones en los estilos educativos no solo son inofensivas, sino que podrían ser el primer paso hacia una verdadera igualdad de género.
Pero esto no acaba aquí. Las mujeres adultas se ven obligadas a lidiar con términos como “mujeres poderosas” y con días dedicados a la igualdad para normalizar las mismas oportunidades, lo que implica una especie de “marcado” culturalmente arraigado. Esto, sin embargo, genera que las mujeres sean destacadas de forma excesiva debido a sus logros, separándolas del grupo “normal”. Esto no representa, en absoluto, una normalización. De hecho, se crea un grupo que se distingue de la norma masculina, considerada “normal”.
Esto explica, al menos en parte, por qué términos como “hombres poderosos” no son comunes en nuestra vida cotidiana ni en la publicidad. Los hombres ya son considerados la norma social. Sus logros y características no necesitan ser resaltados como algo extraordinario, ya que se dan por supuestos. Ya sea con buena o mala intención, el uso de estos términos presupone que las mujeres son una desviación de esa norma. Como consecuencia, el empleo de estos términos va en contra de su propia intención original.
Conclusión
La motivación de Sánchez y Laiadhi es claramente evidente. “Cuando me jubile, quiero estudiar de nuevo, quizás Arqueología, es algo que me fascina profundamente. Quiero escribir más para mi revista, Taschenspiegel, y seguir impulsando mi club ‘Hannah'”, describe Laiadhi con entusiasmo sus planes para la jubilación que llegará el próximo año. Sánchez también está llena de vitalidad:
“Me niego a vivir sin metas. Eso solo sucederá cuando ya no esté aquí.”
Dos mujeres extraordinarias y parte del equipo de fedaEDU, demuestran con su ejemplo caminos poco convencionales y altamente exitosos para los jóvenes. Nos enseñan que nunca es tarde para descubrir nuevas pasiones y que la búsqueda de objetivos y el deseo de cambio no son exclusivos de la juventud, sino una actitud que debe acompañarnos a lo largo de toda la vida. Son ejemplos vivos de que la igualdad de género y la realización personal no son casos excepcionales, sino que representan un proceso continuo de crecimiento y de lucha por el cambio en nuestro día a día. El Día Internacional de la Mujer es, por tanto, un símbolo clave de ese esfuerzo constante necesario para vivir la igualdad en cada etapa de la vida y compartirla con los demás.
Escrito por Amrei Jahn
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